Dime qué problema tienes y te diré que diagnóstico te corresponde.
El DSM es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, publicado por la APA (American Psychiatric Association), y es el referente en salud mental mundial. Es algo así como el vademécum para los médicos.
El nuevo manual del DSM-V ha traído una gran polémica en la que se cuestiona si después de esta publicación y su puesta en marcha alguien podrá ser considerado normal.
Una semana antes de que saliera el manual publicado, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU sorprendieron a toda la comunidad al desvincularse de la nueva ‘biblia’ de la psiquiatría. Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) decía en un artículo en el que anunciaba su intención de crear una nueva clasificación de trastornos mentales: “Los pacientes con enfermedades mentales se merecen algo mejor”. A lo que David J. Kupfer, coordinador de los equipos de trabajo que han elaborado el DSM-5 y último responsable de su edición, se limitó a responder que “no se puede suplantar al DSM-5”.
Llama especialmente la atención la inclusión de tres nuevas modificaciones.
- La primera de ellas es que el duelo normal ahora es una depresión mayor. Lo que nos hace pensar si realmente las farmacéuticas están detrás de este tipo de criterios diagnósticos. Si inmediatamente después de perder a un ser querido tienes un ánimo depresivo durante dos semanas, pierdes el interés en las actividades que antes te gustaban, tienes insomnio, pérdida del apetito y problemas para concentrarte, tienes un trastorno mental. Patologizar la vida diaria, el sufrimiento natural de vivir, está a la orden del día. No somos capaces de soportar un día de tristeza, aburrimiento o apatía. Queremos nuestra pastilla de la felicidad. Esa que te quita la tristeza como la aspirina hace desaparecer nuestro dolor de cabeza. De esta patologización de la vida diaria hablaba ya Allen Frances, que dirigió durante años el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), en una entrevista en El País.
- El Asperger se incluye dentro del espectro de autismo. Siendo el Asperger un diagnostico mucho menos invalidante, sin nombrar que estadísticamente va a crecer de forma considerable su diagnóstico.
- El síndrome disfórico premenstrual pasa a ser una entidad independiente y se diagnostica cuando una semana previa a la aparición de la menstruación presentas siempre ánimo irritable, inestable, ansioso o depresivo. Y al menos cinco síntomas como problemas de concentración, fatiga, alteraciones del sueño o del apetito, etc. Hay estudios que indican que este es un trastorno más bien cultural, solo aparece en algunas culturas y no en todas.
Estos diagnósticos oficiales pueden tener más impacto de lo que pensamos. Imaginen la repercusión en un juicio o para una baja médica. Sin ahondar en el tema de los beneficios monumentales que tiene para la industria farmacéutica al medicalizar conductas que están al borde de la patología.
Sin embargo sabemos que este manual debe ser utilizado por personas con experiencia clínica, usándose como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico, además de los conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.
Tenemos que ser cautos y recordar que tras estos criterios que pueden llegar a catalogarnos de locos a todos, somos personas que sufrimos y reímos, que nos comportamos de una u otra manera según qué circunstancia. Y no olvidar que nuestros juicios clínicos pueden tener un gran impacto en la persona que acude en busca de ayuda, para bien o para mal.
El Dr. Stephen Stahl (psiquiatra y autor del libro “Psicofarmacología Esencial) le da la bienvenida al DSM-V en un magnífico videoclip:
Autora: Taís Pérez