Parece que se confirma la hipótesis que José Bretón asesino a Ruth y José con la mezcla de estos dos fármacos: Orfidal (ansiolítico) y Motivan (antidepresivo) daremos más información al respecto y les dedicaremos una entrada. Se han hecho tragicámente famosos por lo que consideramos adecuado tratar el tema y aprovechar para iniciar una linea de entradas sobre los riesgos para la salud de la interacción medicamentosa.
Fuente de la información:
«La mezcla de Orfidal y Motiván [...] es mortal con toda probabilidad en niños de 2 y 6 años». Así de contundente es el informe médico elaborado por una pediatra sobre la posible ingestión de dichos fármacos por parte de Ruth y José a instancias de su padre el pasado 8 de octubre de 2011. La Fiscalía mantiene que José Bretón pudo facilitar dichos medicamentos a los pequeños la tarde autos en el trayecto hacia la finca familiar de Las Quemadillas con el objetivo de lograr «su propósito criminal», esto es, asesinarlos e incinerar sus cuerpos en una hoguera que hizo en la parcela.
El estudio ha sido solicitado por la acusación particular con el objetivo de predecir las posibles consecuencias de una sobredosis de ambos sedantes en infantes. El juez que instruye el caso, José Luis Rodríguez Lainz, lo ha admitido, si bien ha solicitado al Instituto de Medicina Legal que emita un dictamen «sobre su conformidad con las conclusiones a las que llega dicho informe, o puntos de posible discrepancia», señala el togado en su último auto del pasado viernes.
La pediatra, doctora en Medicina y Cirugía, analiza en profundidad los efectos de los dos fármacos. Con respecto al Orfidal, señala que, si bien no se usa en menores, se ha demostrado que los niños «son más sensibles a los efectos de las benzodiacepinas [medicamentos psicotrópicos] sobre el Sistema Nervioso Central [SNC]».
En este sentido, «la posible dosis [especula con 10 o 15 miligramos en una única toma] que recibieran los niños de 2 y 6 años representaría una importante sobredosis que podría haberlos llevado con toda probabilidad al fallecimiento por la combinación de los efectos tóxicos» de este medicamento, que no son otros que una intensa depresión respiratoria y el coma.
En cuanto al Motivan, la experta señala que «no hay estudios en menores de 7 años porque no se usa en la práctica médica al estar contraindicado formalmente. Sí se sabe que en pacientes menores de 18 años existe un mayor riesgo de efectos adversos».
No obstante, «en niños menores de 6 años, una ingesta probablemente superior a 5 comprimidos (100 miligramos) supone una sobredosis severa, con lo que el riesgo de muerte es prácticamente total».
Así, con la combinación de Orfidal y Motivan, «además de potenciarse sus efectos, se potencian en toxicidad por competir entre ellos por las rutas habituales que posee el organismo para metabolizarlos y eliminarlos», dice el informe médico aceptado por el juez instructor del caso.
En conclusión, «la mezcla de ambos fármacos en las dosis estimadas [no sabemos la dosis exacta y si los niños llevaban alimento en el tracto digestivo] -la abuela paterna asegura que les dio pan, pero nada más; no está claro si comieron ese día- supondrían un fallo orgánico que en niños de 2 y 6 años es mortal con toda probabilidad. No obstante, la muerte no sería inmediata y podría tardar unas horas en producirse».
Hablando de medicamentos, y que alteren el sistema nervioso de una forma u otra estamos entrando en temas sumamente delicados. Verás . En México hace 10 años doy fé que se recetaban medicamentos tales como el clonazepan los dentistas, si, el dentista te podía recetar una caja de clonazepan. Conocí de un caso de una señora adicta , que manipulaba al dentista para que le diese la receta y como en las farmacias no requerian (del especialista) pues las tenia como quería. Que paso? Que un buen día cuando se las quitó de golpe, le vinieron unas convulsiones de la leche , tuvieron que llevarla , ahora si , al psiquiatra. Que era lo peor, que pensaba que no eran adictivas, (o eso, decia, y llegaba a darlas a sus propios hijos) hasta que estos también se dieron cuenta, (según ella era para relajarse..Suena exagerado? Es la realidad.Bendito Dios en España esto no es posible..pero como vemos aqui, todavía el mal uso es posible y con fines horrorozos , también. Como siempre las cosas hechas para un bienestar, pueden ser usadas como armas letales.
ResponderEliminarEs muy fuerte el caso que comentas, pero estamos entrando en la "madre del cordero". Te lo digo porque al final las interacciones medicamentosas y las reacciones adverdas de los sujetos a los medicamentos que toman son algo muy a tener en cuenta. Una de las cosas que más hay que trabajar con la gente como psicólogos es ha hacer un uso adecuado de las sustancias que se toman. Porque el viejo principio de la farmacopea nos dice que la diferencia entre un remedio y un veneno es la dosis. Por lo tanto, sabemos que no recetamos, a menos que hagamos el PIR pero nos vamos a encontrar con muchos casos en los que saber que es lo que la gente se toma y la forma en la que lo hace sera la clave del programa. Y eso que todavia no hemos mencionado las interaciones medicamentosas con el alcohol, la cafeina y el tábaco. Como ves solo estamos al principio de lo que nos hace falta conocer para poder trabajar como profesionales de la psicología. Una de las cosas que pretendo en este blog es que los que participais en el mismo conteis casos como el que tu has comentado. Más que nada porque esta claro que lo que nos diferencia de las personas con las que trabajamos es que tenemos unos conocimientos que debemos aplicar. Leemos muchos libros, pero los conocimientos adquiridos hemos de validarlo con la experiencia. Es por esto que este blog no es tan solo de alumnos que hemos cursado la asignatura de psicofarmacología, sino tambien los que hemos acabado y los que nos encontraremos en la necesidad de conocer más cosas pues la psicofarmacología es una ciencia todavia viva. Lo que sucede es que aplicar y conocer todas las posibilidades que nos ofrecen los psicofármacos con los que contamos es un proceso arduo y muchas veces no limpio por parte de la industria farmaceútica.
ResponderEliminarAl hilo de este lamentable y trágico asunto, me vais a permitir comentar algo en relación al uso de combinaciones farmacológicas directamente letales en, al menos, un Hospital español, concretamente en Asturias -Avilés-. Se trata de la administración bajo la falsa denominación de sedación paliativa, del clásicamente conocido como CÓCTEL LÍTICO: -Largactil® (neuroléptico) + Fenergan® (prometacina) + Dolantina® (opioide)-, un combinado homicida que produce directa y bruscamente la muerte del enfermo. Tuve la triste experiencia de asistir a la indignante agonía en pocas horas de mi madre, tras serle administrado este cóctel y bajo el eufemismo de sedarla totalmente para que no sufriese en sus últimos días.
ResponderEliminarLlama la atención que tanto la Sociedad Española de Cuidados Paliativos como la Organización Médica Colegial desaprueban este procedimiento -aunque debe ser de boquilla para adentro, como se suele decir-.
Hice algunas quejas y protestas ante varias Instituciones y de varias maneras pero salvo algunos gestos de comprensión y poco más, nadie quiso saber nada del asunto, como si nadie supiera o quisiese saber nada acerca de este vergonzoso procedimiento.
Este es un artículo mío describiendo el caso, indexado en Dialnet de la Universidad de la Rioja:
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3829181.pdf
y éste, un artículo de una periodista de La Nueva España sobre el mismo caso:
http://www.lne.es/opinion/2011/03/03/buena-muerte/1040969.html
Soy Licenciado en Psicología por la UNED y ejerzo como psicoterapeuta en Gijón, Asturias.
Saludos cordiales
Manuel J. Moreno
Impresionante testimonio. Tendemos a pensar que hay cosas que no nos pueden suceder a nosotros, pero la realidad tercamente se empeña en demostrarnos que no somos una excepción. Voy a repasar muy seriemante lo que has publicado y si consideras que este modesto espacio es el adecuado para darle más difusíon cuenta con nosotros. Ten en cuenta que es toda una lección para tus compañeros, amarga lección.
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