viernes, 29 de octubre de 2010

Historia de la Psicofarmacología


En el mundo primitivo, y en las culturas indígenas la concepción de enfermedad mental obedecía a un criterio animista y los investigadores de la época intentaban evaluar los efectos de las pociones mágicas, las cuales se usaban en rituales practicados por médicos brujos o shamanes, los cuales utilizaban plantas medicinales con efectos psicotrópicos, sedantes y alucinógenos (yagé, ayahuasca, coca, chamico, peyote, hongos, adormidera, belladona, cannabis, jugo de soma, etc).
Es seguro que el uso de psicofármacos es anterior a la historia registrada. Las sociedades de cazadores-recolectores, tendían a utilizar sustancias naturales con efectos psicodélicos, disociativos y deliriantes, y hoy en día su puede observar su uso en muchas tribus que han conservado aspectos de la vida primitiva. La sustancia utilizado depende en gran medida de lo que el particular ecosistema en que vive una tribu ofrezca y estas normalmente se encuentran en estado silvestre. Tales fármacos incluyen vegetales de todo tipo como setas y cactus, junto con muchas otras plantas. Estas sociedades suelen atribuir una importancia espiritual al uso de drogas y con frecuencia las incorporan en sus prácticas religiosas.
Con los albores del Neolítico y la proliferación de la agricultura, las sustancias psicoactivas se empezaron a usar como un subproducto natural de la agricultura. Entre ellos se encontraban el opio, el cannabis y el alcohol resultante de la fermentación de cereales y frutas. La mayoría de las sociedades empezó a desarrollar herbolarios, listas de hierbas que eran buenas para el tratamiento de diversas dolencias físicas y mentales. Por ejemplo, la Hierba de San Juan fue prescrita tradicionalmente en algunas partes de Europa para la depresión (además de utilizarse de forma general a lo que hoy en día hacemos con el té). La medicina china y la hindú han desarrollado tambien y con mayor sistematización que la farmacopea europea este sistema y aún es muy utilizado hoy en día como alternativa tradicional y de hecho pueden considerarse como las medicinas que más usuarios tienen hoy en día. 
El hongo común Amanita muscaria, es con frecuencia considerado como una de los primeros drogas psicoactivas consumidas y se sospecha que era el principal ingrediente activo en la droga sagrada de la India antigua, conocida como Soma. Hay muchas teorías modernas que citan el descubrimiento de sus propiedades psicoactivas ya en 10.000 a C.
Con la revolución científica en Europa y los Estados Unidos, el uso de remedios tradicionales a base de hierbas cayó en desgracia sustituido por el sistema médico convencional, aunque algunas personas continuaron usando y mantener los conocimientos de la herboristeria tradicional europea. En el siglo XX, los científicos comenzaron a estudiar de nuevo los principios activos de las hierbas de la medicina tradicional. Un número importante de medicamentos psiquiátricos se han desarrollado como un subproducto del análisis de compuestos orgánicos presentes en los remedios tradicionales a base de hierbas.
El conocimiento de los efectos físicos y psíquicos de las substancias vegetales se remonta a loa albores de la civilización. Mesopotamia del siglo VI antes de cristo, era conocida la amapola y el opio por sus efectos sobre la alegría y la embriaguez.
En la edad media el uso del opio formaba parte de las prácticas médicas sospechosas de la brujería.
En el mundo árabe, se detalla el uso de determinadas sustancias alucinógenas como parte de tratamientos de dolencias físicas y mentales de los habitantes de aquella época.
En China el cultivo del opio tiene su apogeo en el III milenio AC hasta el siglo XVIII, cuando se desata la guerra del opio.
Los indios Chocoes del Urabá usaban jaulas rituales para encerrar a pacientes agitados, mientras que los Kongui utilizaban el método de la confesión para alcanzar la purificación.
En la cultura Occidental la medicina tiene sus orígenes en la introducción del método clínico-empírico por parte se Hipócrates, dejando de lado a las creencias, la magia y la brujería, permitiendo el desarrollo y la clasificación de las enfermedades y su tratamiento respectivo.
Johan Weyer (1515-1588), considerado el "primer psiquiatra moderno", fortalece los conceptos hipocráticos; E.Kant en 1978 clasificó las enfermedades mentales y Felix Platter (1536-1614), publicó el tratado de enfermedades mentales.
Durante el siglo XVIII, los enfermos mentales fueron confinados a mazmorras y cárceles en donde se confundían con criminales, mendigos e indigentes. Pinel y Tuke observaron el tratamiento inhumano y cruel al que eran expuestos en aquella época los enfermos mentales, los que compartían celdas frías y húmedas con ratas y desperdicios orgánicos. Des esta manera se plantea el llamado "tratamiento moral", que liberó a los enfermos mentales de las cadenas y el maltrato de aquella época.
En el siglo XIX, el tratamiento de las enfermedades mentales fue persuasivo y de discusión, se plantea profundamente la interacción e interrelación personal, la familia actúa activamente en la recuperación del paciente, si bien es cierto que los tratamientos persuasivos tenía recuperaciones sin embargo existían altas tazas de recaídas de la enfermedad.
Durante el siglo XIX los hallazgos más relevantes fueron: la extracción, a partir del opio, de un analgésico potente denominado morfina; como anestésicos, la introducción del óxido nitroso, el éter y el triclorometano (cloroformo) y, como estimulante, el uso de la cocaína.
A finales del silgo XIX, se ve necesario el cuidado institucional de los enfermos mentales y concomitantemente se intensifica el incremento de los hospitales estatales en donde los psiquiatras dedicaron su tiempo y esfuerzo a la descripción y clasificación de síntomas y signos, búsqueda de etiología orgánica de las enfermedades mentales. La Psicofarmacología en esta época se supeditó al uso de hipnóticos como el paraldehido, el hidrato de cloral, el sulfonal, bromuro de hioscina (como antipsicótico), morfina (para la psicosis maníaca depresiva), picrotoxina (antidepresivo).
A comienzos del siglo XX sólo se contaba con tratamientos "rudimentarios", que implicaban enormes riesgos para los pacientes como los comas insulínicos para el tratamiento de la Esquizofrenia (Sakel, 1933), la tonoclonoterapia cardiozólica contra la esquizofrenia agitada (Von Meduna, 1935).
En 1935 fue sintetizada la anfetamina y en 1937 se descubrieron sus efectos paradójicos en niños con trastornos del comportamiento.
Tambien se desarrollaron técnicas como el electrochoque (Cerletti y Bini, 1938), y la psicocirugía para enfermedades mentales crónicas y con alta peligrosidad y agresividad (Egas Monis, 1936).
A partir de los 50 aparece una revolución en la Psiquiatría con el advenimiento de los psicofármacos; los psiquiatras de aquella época dispusieron desde entonces de un grupo de herramientas terapéuticas más eficientes en el manejo de las enfermedades mentales, se produce la medicalización de la psiquiatría.
  • En 1947 Paul Charpentier, en su búsqueda de nuevos antihistamínicos redescubre las fenotiazinas, las cuales se habían desarrollado con Bernthsen desde 1883, en su intento por encontrar alternativas para preparar el Azul de metileno.
  • En 1949, John F Cade, destaca los efectos antimaníacos del carbonato de Litio. El estudio de Cade es publicado en la revista The Medical Journal of Australia con el título de "Lithium Salts in the treatament of the Psychotic Excitement".
  • Laborit en 1949, intentó disminuir la ansiedad preoperatoria, el estrés quirúrgico y el shock postoperatorio con la administración de Prometazina (antihistamínico) y otros fármacos, lo que el lo llamó "cocktail lítico" o "terapia de hibernación", esta mezcla producía sensación de indiferencia al dolor, tranquilidad y sedación.
  • En 1952 se comienza a utilizar la clorpromazina como sedante con baja toxicidad; laborit descubrió que los pacientes que fueron tratados preoperatoriamente con Clorpromazina, se encontraban más tranquilos y relajados. Delay y Deniker utilizaron clorpromazina en 8 pacientes psicóticos, en tres días de tratamiento vieron significativamente desaparecidas las alucinaciones auditivas.
  • En 1953 Flugel lo clasificó como neuroléptico, por su capacidad de producir efectos secundarios sobre el Sistema Nervioso Central. En esta misma época Zéller et al., descubrieron que la Iproniazida era un potente inhibidor de la MAO cerebral y que tenía la capacidad de revertir la acción depresora de la reserpina, al atenuar la disminución de la serotonina cerebral.
  • En 1954 se comienza a utilizar la reserpina (Rauwolfia Serpentia) como antipsicótico; en 1931, Sen y Bose reportaron su efecto terapéutico en la hipertensión y la manía. Hugo Bein sacó el extracto de la planta y la comenzó a comercializar antes de la aparición de la clorpromazina.
  • Pletscher descubrió en 1956 que la reserpina tenía la capacidad de depletar prolongadamente la serotonina cerebral.
  • En 1957 Paul Janssen sintetizó la primera butirofenona (R1187) a partir del analgésico Norpetidina y luego el Haloperidol fue sintetizado en el año 1958 por Hermans. En este mismo año, Kuhn introdujo la imipramina en el tratamiento de la depresión.
  • En 1960 el Sulfpiride, un medicamento utilizado en gastroenterología demostró poseer propiedades antipsicoticas.
  • En 1961, el Clordiazepóxido fue la primera benzodiacepina lanzada al mercado.
  • En 1965, la clozapina fue lanzada al mercado farmacológico. En el año 1989 Kane demostró la eficacia de este agente en esquizofrenia resistente y en sintomatología negativa junto con una excelente tolerancia desde el punto de vista motor(efectos colaterales de los neurolépticos) por lo que ha sido, pese a los problemas hematológicos , de una gran importancia para el desarrollo de los nuevos antipsicóticos atípicos.
  • En 1966 fue sintetizado el Bupropión y se lo probó por primera vez en 1985. Al mismo tiempo se demostró la capacidad antimaníaca del ácido valproico.
  • En 1968 la carbamazepina fue aprobada para el manejo de la neuralgia del trigémino.
  • A comienzos de los setenta fueron descubiertos los ISRS y su comercialización se inició en 1988 con el lanzamiento de la fluoxetina.
  • En 1992 fue lanzada la risperidona.
  • En 1997 fue lanzada la Olanzapina, por Van Kammen y Marder.
La Psicofarmacología del siglo XXI, presenta varios retos:

La identificación del psicofármaco ideal. 
  1. La abolición de los efectos colaterales de los psicofármacos. 
  2. La utilización de dosis únicas o de depósito. 
  3. La selectividad de los psicofármacos. 
  4. El mayor acceso de la comunidad mundial a la adquisición de los psicofármacos. 
Todo aquello se verá influido obviamente por la ingeniería genética molecular, las nuevas formas de productos farmacéuticos, tratamientos virtuales, tratamientos genéticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario